INGREDIENTES
- 4 calabacines
- 2 cebolletas medianas
- 8-10 cucharadas aceite oliva virgen
- 1 litro de caldo de verdura
- 50 gr. de mantequilla
- 1 cucharada de harina.
- 4-6 quesitos
- Perejil para decorar
Mientras tanto pelamos los calabacines y cortamos en cuadraditos de unos 4-5 milimetros y añadimos cuando hayan pasado los quince minutos de cocción de la cebolla. Subimos el fuego un par de puntos y dejamos unos 10 minutos removiendo a menudo y con cuidado de que no se arrebate el calabacín.
Pasado ese tiempo añadimos la mantequilla y la cucharada de harina y removemos bien durante 2-3 minutos para que la harina se tueste un poco. En este punto, la mezcla es algo así como pastosa, pero por poco tiempo ya que es el momento de echar el caldo. La cantidad depende del tamaño de los calabacines utilizados y de la densidad que queramos aportar a la crema. Si ponemos mucho caldo obtenemos una sopa; con menos caldo, una crema. Yo he utilizado unos 750 cc de caldo, tres cuartos de litro.
Deberemos tener cociendo unos 10 minutos. El tema del condimento puede ser en cualquier momento. A mi me gusta echar un poco de sal y pimienta justo antes de añadir el caldo y rectificar al final.
El caldo lo podemos preparar nosotros o, para salir del apuro, utilizar uno de los preparados que se encuentran en los comercios. También podemos utilizar la tan socorrida pastillita de concentrado. Asimismo podemos utilizar un caldo de ave, el lugar de verduras.
Cuando ha terminado de hervir añadimos los quesitos o cualquier queso cremoso que tengamos a mano y le metemos un buen meneo con la batidora para que quede una textura muy fina. En principio no hace falta pasar por el chino ya que el calabacín lo hemos pelado y con el tiempo de cocción ha quedado muy desecho.
Dejamos atemperar la crema y la enfríamos durante unas cuantas horas en la nevera. A la hora de servir decoramos con un chorrito de aceite de oliva y un poco de perejil picadito o albahaca, al gusto.
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