27 de enero de 2012

Roscos de la Pepa

Llevamos mucho tiempo queriendo preparar estos roscos que hacía la madre de Cinta y finalmente nos hemos decidido. El resultado ha sido magnífico. Son muy fáciles de hacer y están para chuparse los dedos. Con las cantidades que damos en este post hay para unos 20 roscos. Pero no hay problema alguno en multiplicar por 2 o por 4 las mismas.


 INGREDIENTES
  • 2 huevos grandes
  • 10 cucharadas de aceite de oliva aromatizado
  • 5 cucharadas de azúcar
  • 1 cucharadita de levadura Royal
  • 2 limones
  • 2 cucharadas de semillas de sésamo
  • Harina, la que admita
  • 1 huevo y más azúcar para decorar el rosco
Lo primero que hay que hacer es aromatizar el aceite para que al añadirlo posteriormente a la masa aporte un sabor especial. La forma de hacerlo es muy fácil siempre que tengamos en cuenta un par de trucos.

Ponemos en una sartén las 10 cucharadas de aceite. En realidad hay que poner un poco más ya que después del proceso que vamos a explicar parte del aceite se pierde. Añadimos la cáscara de uno de los limones y podemos a fuego muy suave. Cuando pelemos el limón hay que tener en cuenta de que la cáscara quede como la que se muestra en la parte derecha de la foto, sin la parte blanca que da mal sabor.

De lo que se trata ahora es que, durante unos minutos, el aroma del limón pase al aceite sin que la cáscara se queme. A continuación apartamos del fuego y añadimos las semillas de sésamo. Podemos ver en la foto de la derecha el resultado. Es importante añadir las semillas cuando hallamos apagado el fuego para que no se quemen.

Dejamos reposar hasta que se enfríe y colamos el aceite.

Para hacer la masa batimos 2 huevos y añadimos el azúcar, el aceite aromatizado (¡una vez frío!) y la ralladura del otro limón, cuidando de rallar sólo la parte amarilla. A continuación vamos añadiendo harina mezclada con la levadura química y vamos amasando hasta que la mezcla no se pegue ni a la mesa ni a las manos. La cantidad de harina la da este proceso. Tenemos que amasar durante unos diez minutos.

Cuando hallamos terminado, envolvemos la masa con un paño limpio y dejamos reposar durante al menos media hora.

Y llega el momento de formar los roscos. Hay dos procedimientos para hacerlo. El primero consiste en formar unos palitos finos y alargados y darles forma de rosco uniendo los extremos y pellizcándo la unión para que el rosco quede formado. Esta forma de preparar el rosco es más rápida pero después, al freírlo, se puede abrir con más facilidad. La otra forma es hacer una bolita y a partir de ella formar el rosco introduciendo el dedo en el medio para ir abriendo el agujero. Es más lento pero da mejor resultado. Como al final el sabor del rosco es el mismo, yo prefiero el primer método que es más rápido.

Se ponen los roscos en la mesa y se le hacen unos cortes tal y como se ve en la foto. Estos cortes son fundamentales pues permiten que el rosco crezca ordenadamente, por así decirlo, al freírlo.

Para freír los roscos hay que hacerlo en abundante aceite de oliva limpio y caliente, dando vuelta y vuelta hasta que estén dorados. Por efecto de la levadura química, la masa crece y se hace más esponjosa. Los sacamos de la sartén y depositamos sobre papel de cocina con el lado en el que hemos hecho los cortes hacía abajo.

Para el proceso de decoración preparamos dos platos: uno con 1 huevo batido y otro con azúcar. Se trata de ir cogiendo los roscos, cuando aún están muy calientes, y procurando no quemarse mucho, y mojar la cara con los cortes, que ahora está abajo, en el huevo, primero,  y en el azúcar, después. No se trata de emborrizar todo el rosco, tan sólo un suave toque que nos da un topping muy decorativo y goloso. Evidentemente, los roscos se depositan en el plato de presentación con el lado de los cortes, que hemos mojado en huevo y azúcar, hacía arriba.




20 de enero de 2012

Churros

Churros, calentitos, tejeringos, como les queramos llamar, están riquísimos solos o con chocolate. Los hay de diferentes tipos. Principalmente está el churro de papa, más consistente, y el churro de rueda más esponjoso. La receta que traemos hoy la prepara Cinta, que solo me deja ayudar a la hora de freír.

No puedo evitar recordar los churros que compraba de pequeño, por las mañanas camino del colegio, en la churrería de la esquina. Con una moneda de 2,50 pesetas me daban un papelón de churros para invitar a todos los amigos que encontraba camino de clase.



 INGREDIENTES
  • Harina de repostería
  • Harina Yolanda
  • Levadura Royal
  • Sal
Las unidades de medida que utilizamos para esta receta son de los más científicas: el vaso y el puñadito. Pues eso, que cogemos y ponemos en un bol un vaso de harina de repostería, un vaso de harina Yolanda, un sobre de levadura Royal y un puñadito de sal.

Previamente habremos puesto a hervir la cantidad de agua necesaria para llenar dos vasos que añadiremos al recipiente ¡con cuidado de no quemarnos!

Ahora se trata de mezclar muy bien todos los ingredientes hasta que nos quede una masa homogénea y un poco pegajosa. Ni se nos ocurra utilizar las manos pues, además de escaldarnos, se nos queda toda la mezcla pegada. Una buena cuchara y a remover...


Para freír utilizaremos aceite de oliva bien calentito y una manga de churrero, si disponemos de ella, o cualquier otro artilugio que nos ayude a la formación del churro a partir de la masa. Nosotros utilizamos un modelo de la marca Ibili, que podemos ver en la foto, y que resulta muy cómodo ya que con una mano vas apretando el pulsador superior y con la otra cortando los churros a medida con unas tijeras.


El procedimiento es, como iba diciendo, echar los churros en el aceite muy caliente y dejar que se doren. Después los dejamos un momento en papel absorbente para eliminar el exceso de grasa y ... ¡a comer!



13 de enero de 2012

Lembas

A la mañana siguiente, mientras comenzaban a embalar las pocas cosas que les quedaban, unos elfos que hablaban la lengua de la Compañía vinieron a traerles regalos de comida y ropa para el viaje. La comida consistía principalmente en galletas, preparadas con una harina que estaba un poco tostada por afuera y por dentro tenía un color de crema.
[...] lo llamamos lembas o pan del camino y es más fortificante que cualquier comida preparada por los hombres [...]

Con estas palabras de "El Señor de los anillos", y para iniciar el año, voy a intentar cumplir con el encargo que me hace Miguel de preparar una receta de Lembas, o pan del camino, que no es más que el alimento que la dama Galadriel entrega a los miembros de la Comunidad del Anillo para que le sirva de sustento en su partida desde Lorien.

Además de indagar en los antiguos manuscritos archivados en la biblioteca de Minas Tirith, he contado con una receta publicada en tolkien.foroespana.com, a la que he hecho unas pequeñas modificaciones.



 INGREDIENTES
  • 100 gr. harina de trigo
  • 100 gr. harina de trigo integral
  • 16 gr.levadura química
  • 2 yemas de huevo
  • 40 gr. de mantequilla
  • 90 gr. de miel
  • Zumo de 1 limón
  • 2 gr. café soluble descafeinado
  • 100 gr. almendras crudas
  • Canela y azúcar glass
Ponemos en un bol la harina y  la levadura química convenientemente tamizadas. Añadimos las yemas de huevo y la mantequilla en pomada y mezclamos. La masa que resulta es aún muy harinosa, podríamos decir.

Añadimos la miel, el sobrecito de café soluble descafeinado y el zumo de un limón y seguimos mezclando. Poco a poco, la masa se va haciendo más homogénea y ablandándose.

Las almendras crudas las tenemos unos 6-8 minutos en horno a 180ºC, las picamos muy finas y las añadimos a la masa mezclando todo muy bien.

En este punto podemos añadir un poco más de zumo de limón si vemos que la masa queda poco manejable. El punto es difícil de explicar. Tiene que quedar lo suficientemente blanda como para poder "estirarla", pero nunca va a quedar como si fuera la masa de un pan. Quizás más parecida a la masa de unas galletas de mantequilla.

Ponemos la mezcla encima de una hoja de papel sulfurizado y otra hoja encima y, con la ayuda de un rodillo, presionamos sobre la hoja superior para extender la masa, dándole forma redonda. El espesor debe quedar de unos 4-5 milímetros. Retiramos la hoja de papel superior y con la ayuda de un cuchillo hacemos unos adornos sobre la masa. El que sea un manitas puede dibujar unas runas o quizás, en caracteres élfícos, aquello de "un anillo para gobernarlos a todos..."

Introducimos en el horno y lo dejamos unos 20 minutos a 170ºC. Una vez horneado, y sin esperar que enfríe, espolvoreamos con canela y azúcar glass sutilmente, sin pasarnos con la canela.


Una vez fría, el resultado es una torta muy consistente y calórica ¡eso pretendíamos! para que ocupe poco espacio y proporcione mucha energía en el camino hasta Mordor. El sabor predominante es particular: una mezcla entre canela y limón con un recuerdo a almendra tostada.


Esta torta se puede dividir en trozos pequeños, justo el bocado necesario para que "un viajero aguante en pie toda una dura jornada, aunque sea un hombre alto de Minas Tirith".


6 de enero de 2012

Roscon de Reyes, 1 año después

Hace exactamente 1 año inicié está aventura gastronómica en forma de blog con la receta de un Roscón de Reyes. Desde entonces he publicado 41 recetas con sus correspondientes fotos ilustrativas. Este año he vuelto a reunirme con mi amigo Pedro para hacer el Roscón de Reyes y voy a recordar la receta, con algunas modificaciones dictadas por la experiencia y fotos adicionales, en conmemoración  de este primer cumpleaños del blog.


 INGREDIENTES
  • 750 gr de harina de fuerza
  • 25 gr. levadura de panadero
  • 250 ml de leche
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 125 gr. de azúcar
  • 4 huevos grandes
  • Ralladura de un limón
  • Ralladura de una naranja
  • 125 gr. de mantequilla
El primer paso es preparar lo que podríamos llamar la masa madre. Mezclamos 200 gr. de harina, 25 gr de levadura de panadero desmenuzada, 250 ml. de leche y 1/2 cucharadita de sal y se va amasando hasta que esté bien ligado.

Seguro que tenemos que añadir más harina para conseguir hacer una bola con la masa, que dejaremos en un recipiente, tapado con film transparente o un paño, en ambiente cálido para que fermente. Tardará entre 45 minutos y una hora y la masa habrá doblado de tamaño.

Al final de la entrada haré algunos comentarios acerca de la harina de fuerza y la levadura que hay que tener en cuenta para que la receta quede lo mejor posible.

En la siguiente foto vemos la bolsa de masa antes y después de haber fermentado durante 45 minutos. Podemos comprobar como el volumen final ha doblado al inicial.


A continuación mezclamos 450 gr. de harina, 125 gramos de azúcar, 4 huevos, la ralladura de un limón, la ralladura de una naranja, 125 gramos de mantequilla en pomada y un chorrito de agua de azahar y añadimos la masa fermentada que obtuvimos en el paso anterior. Amasamos bien durante al menos 10 minutos añadiendo más harina, poco a poco, hasta que podamos trabajar la masa sin que se nos pegue a las manos ni a la mesa, pero con cuidado de no añadir más harina de la cuenta. De todas formas seguro que terminamos utilizando más harina de los 750 gramos indicados en la tabla de ingredientes.

Dejamos de nuevo fermentar en ambiente calido, cubriendo con un paño, y al cabo de una hora u hora y media se obtiene el resultado que podemos ver en la siguiente fotografía.


Con las cantidades indicadas, obtenemos masa suficiente para hacer dos roscones de buen tamaño. Dividimos pues la masa y procedemos a hacer los roscones. El método consiste en hacer una bola y crear con el dedo un hueco en el centro que iremos agrandando con cuidado hasta obtener el rosco. Hay que tener en cuenta que habrá un tercera fermentación, por lo que el rosco debemos hacerlo más delgado y grande de como quedará al final. Colocamos el rosco en la bandeja del horno, sobre una hoja de papel sulfurizado. Este es el momento de esconder en el roscón una figurita de regalo y el haba, según dicta la tradición.

En la foto que sigue podemos ver el antes y después de esta última fermentación de unos 45 minutos.


Ahora pintamos el rosco con huevo batido, ponemos fruta confitada al gusto y añadimos azúcar y almendra picadita o en láminas. El azúcar se puede añadir tal cual o mojándola previamente con unas gotas de agua, para que se formen unos granos más grandes en la cocción.


Introducimos el rosco en el horno precalentado a 180ºC duranet unos 20-25 minutos. Hay que estar pendientes del punto que lo dará el tono dorado final. Sacamos el rosco del horno y lo dejamos durante un rato sobre una rejilla para que se enfríe.




Como decía al principio de la entrada, hay dos ingredientes muy importantes en esta receta. En primer lugar la harina. Debe ser harina de fuerza que tiene un mayor contenido en almidón que la harina normal. Esto es muy importante ya que los bichitos de la levadura reaccionan con el almidón de la harina produciendo un gas que hace subir la masa y produce un bizcocho más esponjoso. Por tanto, si utilizamos harina de trigo normal, la masa no fermentará correctamente y no subirá casi nada, quedando el rosco mucho menos esponjoso. Yo utilizo la marca HARIMSA, que se puede encontrar en el supermercado de Hipercor

La levadura debe ser levadura de panadero y no debemos confundirla con la levadura química que solemos utilizar como impulsor en las recetas de bizcochos. Debemos tener en cuenta la temperatura a que la levadura debe actuar. Cuando hablamos de dejar reposar en un ambiente cálido, nos referimos a una temperatura de 30-35ºC. Con menos temperatura la levadura no actúa o actúa lentamente, con más temperatura podemos matarla. Cuando la temperatura es la óptima, los tiempos de fermentación se reducen notablemente. La levadura se puede encontrar en la sección de refrigerados de Mercadona.