INGREDIENTES
- Lomos de bacalao desalado
- Ajo
- Harina de trigo
- Tomate frito
- Aceite de oliva virgen extra
Ponemos dos o tres cucharadas de aceite en una sartén y cuando este caliente, no hirviendo, añadimos los dientes de ajo para que se vayan haciendo durante unos minutos, cuidando de que no se tuesten y los reservamos. Con esta maniobra hemos conseguido que el aceite coja un poco el sabor del ajo.
Pasamos los lomos de bacalao por harina y los pasamos por el aceite caliente un par de minutos por cada lado, sin pasarnos de tiempo. El punto es el necesario para que la piel salga casi sola. Y eso es lo que hacemos, vamos separando la piel de los lomos y reservamos junto con los ajos. Este tiempo de fritura, con la harina y la piel del bacalao, hace que el aceite engorde y tome una consistencia más gelatinosa.
Ahora es el momento de deshacer los lomos con cuidado para retirar las espinas que puedan quedar y ponerlos de nuevo, junto con los ajos, en la sartén, con el mismo aceite que teníamos. Con la ayuda de una cuchara de madera vamos deshaciendo los trozos mientras se hacen, durante unos cinco o seis minutos. Añadimos el tomate frito y dejamos a fuego medio-bajo durante unos minutos más.
He montado el plato como si de una tapa se tratara, acompañando de una rebanada de pan frito. Como decoración unas hierbas provenzales.
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